De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, el segundo jueves del mes de julio se celebra el Día Mundial del Árbol. En nuestra región, definir “árbol” puede ser un poco difícil. La Real Academia de la Lengua lo define como: “Un árbol es una planta, de tallo leñoso, que se ramifica a cierta altura del suelo”, la Wikipedia además añade: “El término hace referencia habitualmente a aquellas plantas cuya altura supera los 6 m en su madurez”. Con esta definición, nos quedan pocos árboles por aquí y consecuentemente, poco por festejar ¿qué no?
Legalmente es difícil definir qué es un bosque, la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, que es la que regula todo lo que tiene que ver con los bosques y que es donde se fundamentan las acciones de la Comisión Nacional Forestal, desde su conservación hasta su aprovechamiento, tiene una definición circular que no dice nada; pero en términos generales, y buscando una respuesta incluyente, el bosque se define como un conjunto de plantas que ocupan un espacio definido.
En nuestra región tenemos bosques de árboles tales como los torotes, que se ven preciosos cuando se cubren de florecitas de color rosa o de mezquites, que cada vez van siendo menos por que se está haciendo una extracción indiscriminada para leña y carbón, lo cual es una lástima porque los mezquites son muy importantes tanto para alimento y cobijo de gran número de animales, como para conservar el suelo y evitar que se vaya con las lluvias.
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